Hoy os traigo una
receta que además de fácil y rápida de hacer, hará las delicias de pequeños y
grandes. Y, podréis hacerla tanto para comer (como acompañamiento), como para
una cena rápida.
Ingredientes:
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Patatas.
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Aceite
de oliva.
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Sal.
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Salsa
de tomate (casero o preparado).
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Queso
rallado (no en polvo, y si es de mozzarella mejor).
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Bacon.
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Orégano.
Elaboración:
Pelamos y cortamos al
gusto las patatas. Si dejas las patatas en un escurridor, para que suelte el
almidón, se quedarán más crujientes.
Freímos las patatas,
al gusto de cada uno también. Sacándolas, y poniéndolas en papel de cocina para
que suelte el aceite.
Pasamos, una vez
soltado el aceite, las patatas al recipiente que vayamos a usar en el horno.
Extendiéndolas y le agregamos por encima 2 ó 3 cucharadas de salsa de tomate.
Le añadimos queso
rallado al gusto. Con la condición de que debe cubrir bien las patatas.
Si tenéis el bacon en
lonchas, lo cortamos en trozos pequeños. Si habéis comprado el que viene ya
cortado y preparado, mejor. Y lo echáis por encima del preparado (yo aquí
también le añadí un poquito más de queso rallado, aunque la receta original no
lo lleva). Por último, espolvoreamos el orégano por encima.
Precalentamos el
horno a 200º. Cuando ya esté caliente, metemos el recipiente a gratinar
(solamente por arriba), durante unos 10 minutos aproximadamente. Hasta que el
queso esté derretido e integrado con las patatas.
Nota:
Es una receta que
acepta muchas combinaciones.
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