Hoy os traigo una receta muy rica, fácil de hacer y que además acepta muchas variantes, en función de todas las verduras y hortalizas que queráis añadirle. Yo os pongo la receta como la he hecho yo, pero que ya sabéis que le podéis añadir y quitar elementos. Según gustos.
Ingredientes:
Pechuga entera de pollo.
Diente de ajo picado.
Chalota morada (lógicamente podéis cambiarla por cebolla).
Tomate pera (lo trituré yo manualmente, también se puede utilizar tomate natural comprado).
Vino blanco o coñac.
Zanahorias baby
Guisantes congelados.
Unas hojitas de laurel.
Sal y pimienta.
Caldo de pollo.
Elaboración:
Primero rallamos los tomates y tendremos preparado el jugo de tomate.
Salpimentamos la pieza de pechuga de pollo. La sellamos en aceite caliente, en la olla donde vayamos a cocinar. Retiramos y reservamos.
Echamos la chalota (o cebolla), muy picada junto con el diente de ajo (también muy picado).
Doramos y cuando veamos que está tierna, añadimos el tomate concentrado, el laurel. Removemos un poco y rociamos con un poco de vino blanco.
Dejamos cocer para que se evapore el vino. Probamos y rectificamos de sal.
Incorporamos las zanahorias y guisantes (previamente descongelados, como una media hora antes). Removemos.
Fileteamos la pechuga en aros, como un dedo de grosor mínimo (para que después con la cocción no se nos deshaga), y añadimos al guiso.
Echamos el caldo pollo y dejamos cociendo a fuego mediano unos 20 minutos.
Se puede acompañar con patatas fritas, patatas cocidas o arroz blanco.
Que aproveche.
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